Larga vida al Régimen de Promoción Industrial.
Aclaremos de entrada que el Régimen de Promoción Industrial de Tierra del Fuego es mucho más que un problema fiscal o de carácter numérico. Reducirlo simplemente a eso como el actual ministro de Economía, Sergio Massa, pretende es minimizar y menospreciar la identidad de toda nuestra provincia pero, además, es desconocer profundamente cómo se articula la identidad nacional de la Argentina desde las provincias que cimentan su cultura y su territorio.
POLÍTICA04 de octubre de 2022Karukinka NoticiasCuando en 1972, hace 50 años, se firmó el Régimen de Promoción no se hizo por ningún simplismo económico, sino que tuvo que ver con una estrategia geopolítica de integración nacional. La estrategia consistía en dotar de herramientas a Tierra del Fuego para que por un lado pudiese desarrollarse, pero por otro y fundamentalmente para que lograra integrarse al territorio nacional debido a que está ubicada a 3000km de los grandes centros urbanos y de consumo.
Desde luego, entendemos que al actual gobierno le cuesta dimensionar cualquier cosa que suceda más allá del conurbano bonaerense, pero en este caso lo que sorprende es la falta de visión estratégica nacional y la ausencia de perspectiva histórica para considerar temáticas y problemas que hacen a los ejes existenciales de las provincias que componen el territorio argentino.
Hay más Argentina después de las 13 intendencias que obsesionan al kirchnerismo y, también, hay más Argentina fuera del termismo político de la provincia de Buenos Aires. Suena lindo decir que la “patria es el otro”, pero a nosotros nos aturde el ruido que causan las declaraciones que banalizan y relativizan la importancia que tiene esta política pública para el desarrollo de nuestra provincia.
Por lo tanto, nuestra primer respuesta es que en Tierra del Fuego no hay gasto por el régimen de promoción industrial, sino que existe inversión para la integración territorial y para el desarrollo humano de la provincia.
Por otro lado, cabe aclararle al ministro Massa que nuestra provincia no es la única que recibe excepciones impositivas para promover el desarrollo de la industria: la totalidad de las provincias argentinas poseen promociones impositivas de este tipo. Por lo tanto se nos plantea la duda acerca de cuál es el criterio para decir “Tierra del Fuego es gasto a recortar” y no otras provincias.
Desde luego no nos interesa afectar los recursos que reciben otras localidades, pero tampoco se nos olvida que en la actualización del régimen en octubre del año pasado, no se convocó a ningún sindicato, a ninguna cámara empresarial ni a ninguna fuerza política para dialogar sobre el mismo. Peor aún, unilateralmente y en ausencia de representantes de cualquier sector de nuestra provincia, se decidió dejar afuera a la industria textil a pedido del recientemente incorporado Jefe de Gabinete, Juan Manzur.
Si esa es la idea de federalismo y de integración territorial de este gobierno, no se sorprendan cuando la conflictividad social y la protesta aumenten por la pérdida de empleos y el agravamiento de la crisis que ya sufrimos. Lo inteligente sería convocar una mesa de diálogo donde los distintos actores sociales, económicos y políticos pudiéramos discutir acerca de esta problemática que nos afecta a todos.
Pero además, sostener que en nuestra provincia solamente se ensamblan aparatos, es ignorar el enorme desarrollo que hemos tenido en los últimos diez años. En Tierra del Fuego producimos valor agregado, diversificamos la matriz productiva y ampliamos enormemente la capacidad instalada de nuestras empresas y fábricas. Estamos en la etapa de generar tecnología y no sólo de importarla, sería un gravísimo error afectar nuestro proceso justo en este momento. Sin dejar de tener en cuenta que un gran porcentaje de quienes trabajan en estas industrias son mujeres y jóvenes, cosa no menor si buscamos priorizar y achicar las brechas de género y etáreas.
Existen también datos curiosos si tenemos en cuenta las necesidades urgentemente fiscalistas y de ajuste que el ministro Massa plantea. AYSA (Aguas y Saneamiento Argentino), la empresa conducida por su esposa, Malena Galmarini, tuvo un déficit en el balance del año pasado de US$123 millones. El Tesoro Nacional que tendría que haberle enviado esos 123 millones más otros US$600, totalizando US$723, misteriosamente le aportó US$ 1389 millones. 666 millones de dólares demás, ¿a qué se debió esa curiosidad contable? Son apróximadamente 190 mil millones de pesos, casi un tercio del déficit que dicen que significa el régimen para Tierra del Fuego. Matemática curiosa para un costo matrimonial en una sociedad moderna como la nuestra.
Tampoco ignoramos que a las empresas del Estado se las sigue asistiendo sin control y sin ninguna exigencia de saneamiento de sus balances o de sus contrataciones de personal. Es más: hace pocos días se conoció la noticia de que al Estado nacional pasan 11 mil empleados más a planta permanente… Es también este mismo gobierno y este mismo ministro, quienes hace poco realizaron un ajuste de más de $70 mil millones en educación y otros $10 mil millones en salud, sin dar ningún tipo de explicación y sin que ninguna de las fuerzas revolucionarios que lo integran chistara siquiera un segundo.
Pero eso sí: a pesar de tener un déficit consolidado de US$900 millones para el primer trimestre y de arrastrar US$5000 millones del ejercicio anterior, no se privaron Massa y este gobierno de aumentar el gasto de las empresas públicas en $82 mil millones.
Es un error de perspectiva enorme el que se plantea cuando se reduce el régimen de promoción a un simple problema fiscal. Pero además preocupa la lógica típicamente neoliberal del actual ministerio de Economía donde todo pareciera resumirse a que “si cierran los números cierra la política”. Ministerio avalado por el gobierno en su conjunto, Cámpora y vicepresidenta incluidas.
Rechazamos de plano la política de ajuste y de recorte que este gobierno nos ofrece sistemáticamente. En todo caso la discusión tendría que ser cómo generar más dólares y no cómo recortarle el presupuesto a las provincias. Desde su instauración en 1972, la población fueguina pasó de 13.527 habitantes a más de 160 mil según datos del año 2016 (aún no están disponibles las actualizaciones del censo de este año). Bajo esta política hemos multiplicado al menos por doce veces la población de nuestra provincia. Ése es el camino que queremos seguir: el de más desarrollo y el de más producción. No el del empobrecimiento y el achicamiento.
Natalia Jañez. Líder de Evolución Radical en Tierra del Fuego.
Secretaria de la Mesa Ejecutiva de la UCR Nacional.