Terminó la campaña y empiezan dos días de reflexión ante unas elecciones cruciales para el futuro del país.
Los cinco candidatos cerraron su actividad proselitista con críticas y acusaciones cruzadas. Las encuestas dan por hecho que habrá balotaje. Milei, Massa y Bullrich encabezan las preferencias. El análisis sobre cómo llegaron los presidenciables, qué se espera para el domingo y los paradigmas en crisis.
NACIONALES20 de octubre de 2023Karukinka NoticiasConcluidos los actos de cierre de la campaña electoral de los candidatos y el inicio de la veda, el país empezó desde las 8 de la mañana, y hasta la misma hora del domingo próximo, dos días de reflexión y análisis de cara a las elecciones presidenciales. Los argentinos tienen 48 horas para definir a quién van a elegir para dirigir los destinos del país.
Javier Milei (La Libertad Avanza) fue el primero en dar por terminada la actividad proselitista, en un acto en el Movistar Arena, del barrio porteño de Avellaneda. Lo mismo hizo Sergio Massa (Unión por la Patria), en una fábrica del parque industrial de Pilar; Patricia Bullrich (Juntos por el Cambio), en Lomas de Zamora; Juan Schiaretti (Hacemos por Nuestro País) en un encuentro en Córdoba; y Myriam Bregman (Frente de Izquierda Unidad) con varias actividades en el AMBA.
Sin grandes sorpresas, cada candidato desplegó sus argumentos y buscó tanto consolidar el voto propio como diferenciarse de sus adversarios. Para analizar la campaña, cómo llegaron los presidenciables a la previa del Día D, y los desafíos que tiene por delante política.
Los analistas coincidieron en que lo más probable es que haya un balotaje, pero por la veda evitaron dar números y pronósticos. Admitieron que el escenario está abierto pero adelantaron algunas definiciones que se darán a partir del domingo, independientemente de que no haya presidente electo.
¿Se vota con miedo o con esperanza? ¿Habrá ganador en primer vuelta? ¿Cuánto pesarán los aparatos partidarios? ¿Milei podrá ampliar su base electoral? ¿Los gobernadores peronistas le aportarán más votos a Massa? ¿Habrá más o menos participación? ¿Qué diferencia puede remontarse en una segunda vuelta? Estas son algunas de las respuestas que brindaron ambos analistas.
El clima y el voto
Para Mariel Fornoni las elecciones se darán en un clima social atravesado por la incertidumbre y un sentimiento asociado, que es la angustia. “Si tenés un comercio no sabés si podés o no podés vender, si vas a poder reponer la mercadería. Si tenés un trabajo, no sabés si te van a echar o no. Si tenés un crédito no sabés si lo vas a poder pagar. De esa incertidumbre viene la angustia”, profundizó.
Esa reacción, según la experta en opinión pública, supone un escalón por encima del otro sentimiento que durante toda la campaña cabalgó en los discursos de los principales candidatos. Massa agitó hasta último momento el miedo a Milei y un poco a Bullrich; Milei polarizó con Massa y menos con Bullrich; y Bullrich acusó por igual a Milei y Massa. El miedo siempre fue el otro.
Sin embargo, Fornoni destacó que los resultados de las PASO demostraron que “el miedo no funcionó del todo, no importó a la hora del voto. A la gente le decían ‘vas a perder tus derechos’ y respondían ‘¿qué derecho?, si no tengo nada’. O le pedían no dar un salto al vacío y respondían ‘ya estoy en el vacío, no tengo ni puedo tener nada, ni comprar un auto ni comprar una casa; y ahora ni siquiera a alquilar’”.
A su turno, Zuleta Puceiro matizó esa perspectiva: “No veo un voto desesperado, ni un voto bronca. Sí veo un basta a la política tradicional, que puede no ser necesariamente que se vayan todos”. Apuntó a casos como el de Martín Insaurralde y otros similares, a los que definió como “política canalla”, y afirmó que percibe “una esperanza sumamente cautelosa. Es la idea de que las cosas pueden estar mejor, que hay gente que trabaja y las cosas le salen bien, que no hay que tirar la casa por la ventana, que hay que tener cuidado, que hay que empezar a ahorrar. Es una esperanza muy cauta, como la que apareció después del 2001. Ese clima veo”.
Más allá de esa perspectiva menos dramática, el consultor reconoció que en los últimos años en la Argentina “la política ha fracasado en su papel, no solo de prefigurar el futuro, el hacia dónde vamos, sino también en transmitir la idea de por qué se vota y qué relación tiene el voto con lo que va a pasar después de la elección”, explicó el titular de la consultora OPSM.
Cómo llegaron los candidatos
La directora de Management & Fit admitió lo difícil que se volvió detectar de manera eficaz el humor social y, sobre todo, anticipar escenarios. Los analistas de opinión pública sobrevuelan el electorado sin mapas ni instrumentos. “Una cosa es lo que la gente dice y otra lo que hace. Para las PASO todos subestimamos el hartazgo de la gente, que no le importó tirarse a la pileta frente a una opción totalmente nueva, como la representada por Milei, sin saber con qué equipo contaba ni sus ideas, más allá de dos o tres títulos de propuestas. No le importó”, explicó.
Y puso como ejemplo que el candidato libertario pasó de medir en las encuestas 20% antes de las primarias, al 40% después de la victoria, un pico máximo que paulatinamente se fue reduciendo. Fenómeno típico de triunfalismo, que se da en pequeña y gran escala: los amigos del campeón. Para la analista es una escena que hace juego con otra de Sergio Massa, el hombre fuerte de un gobierno que tiene menos de 20 puntos de aprobación y que sin embargo llegó competitivo a las presidenciales del domingo. “Y eso que la principal preocupación de la gente es la economía”, subrayó la paradoja Fornoni.
En la misma línea, Zuleta Puceiro resaltó la capacidad que tuvo el ministro y candidato de Unión por la Patria para “convencer a muchos de que el actual no es su gobierno”, que no es responsable y autor excluyente de este presente. A esa eficacia le sumó también la influencia de la vicepresidenta Cristina Kirchner para dividir la oferta opositora, principalmente la de derecha.
“En mayo, Juntos para el Cambio llevaba 14 puntos de ventaja por sobre el oficialismo, que en ese momento se llamaba Unión por la Patria. Nadie dudaba de que el gobierno se había terminado. Se discutía en JxC quién iba a estar en el Banco Central y se repartían ministerios. De todo eso quedó nada y hoy Juntos para el Cambio lucha por entrar al balotaje”, resaltó el titular de OPSM.
Zuleta Puceiro destacó que en la sociedad argentina lo que irrumpió no fue tanto el fenómeno Milei sino “lo Milei” como factor transversal. “Él es un referente vacío que cada sector lo llena con el contenido que considera pertinente. Para la clase media es una cosa; los fondos financieros ven que propone una especie de protectorado al estilo Canal de Suez; y el pastor de ovejas y cabras de Salavina, en Santiago del Estero, percibe otra cosa. Lo saliente es su transversalidad”.
Mitos y paradigmas
Más allá de que haya o no segunda vuelta, y cómo llegan los candidatos, varias incógnitas se despejarán la misma noche del domingo, cuando el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello, en torno a las 22, “libere” el recuento provisorio. Son definiciones que pueden percibirse como lejanas para la cotidianeidad del ciudadano, pero que tienen una relevancia decisiva para el futuro político.
En primera lugar están los gobernadores, sobre todo los del norte del país, que le prometieron a Massa entre 700 y 800 mil votos más. “750 mil, Facundo”, me dijo uno de los más poderosos peronistas de esa región. Es un territorio que hace las veces de segundo conurbano bonaerense, por su identidad justicialista y la eficacia para conseguir muchos votos. En caso de que los gobernadores no puedan mostrar la noche del domingo una diferencia fuerte en cantidad de votos respecto a las PASO, expondrán una impotencia desconocida que los debilitará en la discusión futura del poder y, sobre todo, en la negociación de las profundas reformas que se vienen. De la coparticipación federal, las cajas jubilatorias, obras públicas y otras transferencias.
Los gobernadores y los sindicalistas fueron dos de los actores que garantizaron la estabilidad de un gobierno débil y volátil como el de Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Tanto fue el blindaje que el Presidente terminará su mandato siendo el único en 40 años de democracia que no tuvo que soportar ni un solo paro general. Una paz social que no le concedieron ni siquiera a Néstor Kirchner.
Para Zuleta Puceiro, otra de las verdades que pueden “caer” con el resultado del domingo -si se repite el orden y porcentajes que arrojaron las PASO- es que “la Constitución del ´94, con la eliminación del Colegio Electoral, había establecido que la Presidencia surgía de un núcleo AMBA: entre la Capital Federal radical y conservadora y el gran Buenos Aires peronista se definía quién sería el presidente, por más que viniera de La Rioja o de Santa Cruz. Con las PASO eso se acaba de romper”.
Zuleta Puceiro resaltó que “Milei sería un presidente que viene de fuera de ese circuito. En la Capital y en el conurbano salió tercero. El ganó de manera contundente en 11 de las 16 ciudades de más de 500.000 habitantes“. Explica que se trató de un evento transversal en clases sociales, edades y otros perfiles socioeconómicos, pero que se inscribe en experiencias políticas de terceros partidos fuertes en provincias como Jujuy, Salta, Mendoza, San Juan y Chubut.
Por eso, el titular de OPSM expresó que para él los gobernadores van a mostrar el domingo “el valor del voto provincial, que no va a ser necesariamente para el referente nacional que tienen, porque ellos van a habilitar cortes de boleta. El que ganó no va a querer perder el domingo con la boleta nacional”. ¿Por qué tanta autonomía? ¿Por qué esa independencia de los destinos del PJ y del kirchnerismo? “Las provincias están bien, no hay ninguna que tenga problemas políticos o económicos graves”, agregó.
“Con las PASO de este año ya apareció un país plural. La sociedad se cansó de las dos opciones. Si la clase política se regenera y se reactiva es posible que tengamos un país como es la Argentina real: plural, heterogénea, distinta, que se resiste a ser encuadrada, adocenada o simplificada en viejas categorías. Esto ya es un hecho”, consideró Zuleta Puceiro.
Fornoni destacó que el domingo también se verá en números el nivel del hartazgo y rabia contra el sistema político, que Milei bautizó -con potencia bíblica- “la casta”. Y el riesgo que está dispuesta a tomar la sociedad para salir a lo desconocido: “Se va a revelar si la gente es capaz o no dar un salto al vacío porque no le importa nada. Si ocurre, se va a romper un mito de que la gente frente al momento de la elección se pone más conservadora. Eso ya no se vio en las PASO y si se ratifican los resultados, se confirmará que esa idea era, en realidad, un mito. Es un paradigma que se rompe”.
Además, el resultado va a despejar de manera irrevocable cuál de las dos coaliciones mayoritarias -y las dos si el domingo Milei gana en primera vuelta- se asoma al borde de la descomposición y el colapso. “En las dos fuerzas está todo atado con hilos”, destaca la titular de Management & Fit, pero aclaró que recién cuando se aproxime el balotaje habrán definiciones.
También, la noche del domingo habrá una intuición sobre el futuro que tendrá, de manera inevitable, una traducción en el nervio más sensible y visible que tienen las democracias capitalistas y occidentales: los mercados. Hasta una diferencia de entre 5% y 6% entre el primero y el segundo estirará la incógnita sobre quién será el futuro presidente. Más allá de eso, será difícil transmitir que el partido se sigue jugando. Vinculado a esto último, la directora de M&F no prevé que haya un masivo voto en blanco, ni en la primera vuelta ni en una potencial segunda vuelta. Tampoco que se repitan los altos niveles de ausentismo que se registraron en algunos comicios provinciales y, con menor intensidad, en las anteriores primarias.
“Si hay balotaje, será barajar y dar de nuevo. Si hay incertidumbre no va a ser lo mismo que Macri salga directamente a apoyar a Milei. O que algún gobernador que no integra Unión por la Patria apoye a Sergio Massa. Es difícil que ambas cosas pasen, hay que ver cómo se reconfiguran los escenarios”.
La ruptura post 22-O se daría por una fragilidad previa. El PRO ya se dividió en dos, de manera profunda y quizá irreconciliable, entre Bullrich y Larreta, mientras que la UCR está fracturada en al menos cinco partes. Para Zuleta Puceiro, “el egocentrismo de los candidatos ha conspirado contra la idea de que la gente piense en qué va a pasar el lunes”.
“Estamos pensando en el dólar, pero tenemos que pensar que el lunes alguien habrá ganado las elecciones. Haya o no segunda vuelta, quedará conformado totalmente una Cámara de Diputados y un Senado fragmentados. Van a haber representación, como mínimo, de cinco grandes espacios, que compitieron en las generales y en las PASO”, explicó.
Según Zuleta Puceiro habrá una “tendencia a la centrifugación”, por la fragmentación de la representación política. El analista alertó que de acuerdo al resultado de este domingo, la Argentina puede empezar a sentir las consecuencias de un fenómeno que se remonta, al menos, a los últimos seis meses: sin un presidente en ejercicio pleno, ni la vicepresidenta, con una Corte Suprema cruzada por tensiones intensas. A todo eso, se le agregaría el surgimiento de un Congreso inestable e híper fragmentado.
Indecisos y participación
Por último, Fornoni abordó dos aspectos clave que pueden definir ganadores y perdedores del domingo. Todavía hay un bloque de indecisos, que están entre 4% y 5%. Son votantes potenciales que pueden inclinarse por cualquiera, poner el sobre vacío o directamente no concurrir al centro de votación.
Para la analista política, el resultado “está abierto a todo”, aunque hay una previa, una tendencia, una huella que dejaron las últimas PASO y una memoria más difusa, colectiva, de 10 presidenciales previas. Ese recorrido indica que Milei subió mucho después de las PASO y después fue decayendo, aunque nunca a menos de lo que sacó en las primarias. Massa mantiene lo suyo y sumó votos y a Patricia Bullrich le costó fidelizar todo lo de Larreta.
Sobre el ausentismo, la directora de M&F estima que la competitividad que presenta estas elecciones, el tipo de personalidades que se enfrentan como así también la polarización que se dio entre los distintos candidatos convocarán a los ciudadanos a participar. “En las presidenciales del 2015 y el 2019, la participación estuvo por encima del 80%. Es probable que este año tengamos números similares”, dijo Fornoni.
Y señaló dos argumentos que podrían explicar por qué se produjo tan bajo nivel de las PASO, que tuvo una participación de algo menos del 71%. “Hubo provincias donde ya se votaba por tercera vez y, salvo en Juntos por el Cambio, no había internas verdaderas”. Estimula la participación la escasa diferencia que tienen las tres alianzas más votadas de las PASO: entre La Libertad Avanza (Milei) y JxC (Bullrich), hay 456 mil votos, y entre los primeros y Unión por la Patria (Massa), 633 mil sufragios. Sobre un total de 35,4 millones de personas habilitadas, habría 3,5 millones de votos “nuevos”.
Con estos números, imposible hacer un pronóstico.